En una imagen Preludio de un funeral papal simplificado Por Tomás Munita y Peter Robins
Los rituales del Vaticano pueden parecer atemporales, inmunes al cambio. Pero observa con atención.
La Guardia Suiza que acompaña al papa Francisco en su último recorrido sigue vistiendo los colores de la familia Médici, 420 años después del último papa Médici.
Pero el ataúd ha cambiado. Este es mucho más sencillo que el sistema de tres féretros utilizado por los papas por mucho tiempo, una simplificación ordenada por el propio Francisco.
Y aunque durante muchos años el mundo ha seguido de cerca las transiciones papales, ahora numerosas personas lo hacen en tiempo real.
Aun así, muchos fieles querían ver a Francisco con sus propios ojos por última vez en la Tierra. Algunos recorrieron miles de kilómetros para abarrotar la Plaza de San Pedro.
Hasta las tradiciones perdidas dejan huellas. Estos portadores del féretro son un vestigio de los sediarios pontificios, quienes en otros tiempos cargaban al papa en un trono en sus apariciones públicas. Esa tradición terminó con el papa Juan Pablo II.
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En una imagen
Preludio de un funeral papal simplificado
Por Tomás Munita y Peter Robins
Francisco sentó las bases de sus exequias a finales del año pasado, cuando aprobó un procedimiento simplificado para los rituales funerarios papales.
Por supuesto, la simplicidad es relativa, en este caso, a la impresionante grandeza legada por siglos de tradición católica romana.
La procesión mostrada arriba se llevó a cabo el miércoles por la mañana, cuando el féretro de Francisco fue transportado desde la Casa Santa Marta, la casa de huéspedes de los cardenales donde vivía en lugar de los fastuosos apartamentos papales, hasta la Basílica de San Pedro, donde su cuerpo permanecerá tres días expuesto al público.
Los restos del papa yacerán bajo la cúpula renacentista de la basílica, de alrededor de 130 metros de altura, con su ornamentación dorada y sus mosaicos extraordinarios, frente al baldaquino de bronce que Bernini hizo para embellecer el altar mayor.
Pero allí descansa sobre un pedestal bajo, no sobre un catafalco. Y los planes omitieron un velorio privado para cardenales y otros dignatarios en el Palacio Apostólico, aunque el féretro pasó un tiempo para despedidas silenciosas en la capilla de la Casa Santa Marta.
San Pedro tampoco será su última parada. Francisco pidió ser enterrado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, en Roma, donde solía rezar antes y después de cada viaje de su papado. Su testamento especifica una tumba sencilla, “en la tierra”, con una inscripción de una sola palabra: “Franciscus”.
Credit…Tomás Munita para The New York Times
Elisabetta Povoledo, Emma Bubola y Alan Yuhas colaboraron con reportería.
